quarta-feira, 30 de março de 2011

La buena escuela necesita manos


El informe PISA de la OCDE ha venido a demostrar que el aumento, sin más, de la inversión en educación no garantiza la mejora de la calidad. Por eso, en su último informe, sus responsables se afanaron en buscar gastos concretos que compartieran los países que han avanzado. El ejemplo más claro que encontraron es que el aumento de los salarios de los profesores es más eficaz que la reducción de alumnos por clase. Habría que añadirle muchos matices y muchos peros a tal afirmación. Sin embargo, a escala española da igual, pues en España se bajan los sueldos del docente al tiempo que, con toda probabilidad, se aumentará la relación de alumnos por clase.

El grueso del recorte de unos 1.800 millones de euros que las comunidades y el Gobierno han decidido para la educación, en el contexto de crisis económica, lo soportarán los sueldos docentes. Además, en el último mes se han sucedido las protestas por las restricciones de los Presupuestos del Estado en forma de oposiciones docentes con muy poca oferta, un 30% de tasa de reposición: solo se podrán reponer tres de cada 10 bajas.

La última noticia sobre recortes llegó el pasado miércoles: las comunidades ya no tendrán que poner el 50% de los fondos para los 17 programas cofinanciados con el Ministerio de Educación: aumentar las plazas de guardería (Educa3), las clases de refuerzo o la digitalización de las aulas. El Ministerio de Educación pondrá los 510 millones comprometidos, pero las comunidades tendrán un balón de oxígeno, ya que solo aportarán lo que puedan o quieran.

Eso ocurre en un año en que se prevén numerosas jubilaciones por ser el último en el que los profesores pueden acogerse al retiro voluntario incentivado a los 60 años. Al final, cinco comunidades han decidido suspender las oposiciones u ofrecer muy pocas plazas. Andalucía es la única que ha decidido cubrir todas las bajas, aunque eso signifique recortar aún más la oferta de oposiciones en otros ámbitos de la Administración. Al final, saldrán a concurso este año unas 8.900 plazas, unas 7.000 menos de las que harían falta, según UGT.

Además, los docentes conviven a diario con un goteo de restricciones que varía según las comunidades y que van desde recortes en el transporte escolar a las becas universitarias, la formación del profesorado, las infraestructuras, las actividades extraescolares e incluso el dinero para pagar la luz y el agua.

Clic aquí para leer el artículo completo en la página de El País.

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